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La igualdad en la práctica
La convivencia sana sólo es posible si todos nos respetamos. La igualdad (y, dentro de ésta, la igualdad de género) es una de las manifestaciones del respeto, pues implica reconocer que los otros son tan valiosos como uno mismo y que merecen ser tratados como nuestros iguales. Cuando actuamos con igualdad tratamos de ser justos, de no favorecer o perjudicar a alguien porque no nos cae bien o porque lo consideramos inferior o menos inteligente que nosotros. Pero así como estamos obligados a actuar con igualdad ante nuestros semejantes, los demás deben tratarnos a nosotros del mismo modo. Si consideras que en la escuela has recibido un trato injusto o discriminatorio, si notas que no te han dado las mismas oportunidades que a tus compañeros o si piensas que tu esfuerzo no ha sido reconocido, no guardes silencio. Es importante que lo expreses, y es mejor si lo haces con claridad y sin enojarte.
Vamos a actuar
No permitas que te menosprecien o que pretendan rebajarte como persona. Trata a los demás como tus iguales; no eres inferior a ellos, pero tampoco superior. Si eres hombre, evita celebrar las bromas o los chistes que se burlen o ridiculicen a las mujeres. Reflexiona sobre la frase “No puede haber amistad sin igualdad”. ¿Qué crees que signifique?
El valor de ser padres...
Las primeras ideas sobre lo que distingue a los hombres de las mujeres en términos sociales las recibimos en el hogar. Son los padres quienes les enseñan a sus hijos que existen ciertos rasgos de carácter eminentemente femeninos (belleza, delicadeza, bondad, abnegación) y otros de carácter masculino (valor, entereza, liderazgo). Tales caracterizaciones no sólo niegan la complejidad humana, sino que dan lugar a una división artificial que históricamente ha favorecido la discriminación de género.
Enseñe a sus hijos que las diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres no implica superioridad o inferioridad intelectual o moral. Trate de que sus hijos e hijas hagan amistad con personas de ambos sexos. No aliente los estereotipos de género dentro de la familia. No muestre preferencias por alguno de sus hijos sobre los demás.
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